Hasta los años setenta coexistieron, pues, dos discursos : 1) El que ponía de manifiesto las opresiones familiares , 2) El que deplora el excesivo individualismo y la pérdida de funciones que se supone que la política del Estado providencia ha arrancado a la fa.
Sin embargo, contemplada desde el ángulo de sus comportamientos demográficos esta fa ofrece todos los signos de salud: nunca ha habido tantos matrimonios, nunca se han casado tan jóvenes la tasa de divorcios es baja, etc. A partir de 1975, el discurso sobre la crisis de la familia afecta, ahora sí, a estas estructuras: el desarrollo del nuevo modelo conyugal frágil, la caída de la tasa de fecundidad.
Acabadas las castraciones familiares: la fa es descrita como el lugar de expansión individual, de sostén psicológico y social. Estos nuevos discursos se inscriben en el contexto de la crisis que sacude al estado providencia. El redescubrimiento de las redes familiares con usos múltiples y la celebración de la fa compensan, en cierto modo, la retirada del estado.
En cuanto a los miedos provocados por los discursos médicos en estos años 80 han sido finalmente sustituidos por los discursos sobre el sida y por los fantasmas que engendran el campo abierto por los progresos biológicos en el campo de la fecundidad asistida.
miércoles, 7 de octubre de 2009
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